En el transcurso de la vida el ser humano experimenta diferentes tipos de pérdidas que no se limitan solamente a la muerte de un ser querido sino que incluyen la pérdida de la salud, la ruptura amorosa, la inmigración y el despido de un empleo.
Cada una de estas pérdidas conlleva un proceso de duelo en el que la persona deberá no sólo aceptar esta nueva realidad sino reacomodarse a ella de una manera saludable.
Duelo por muerte de un ser querido
El Duelo es el estado que aparece con la pérdida, por causa del fallecimiento, de alguien con quien uno ha tenido una estrecha relación. Este estado abarca una serie de respuestas de pena y rabia. Puede aparecer anhelo y añoranza persistente en relación al fallecido, que puede estar asociado con pena intensa y llanto frecuente. Incluso pueden aparecer quejas somáticas (por ejemplo, molestias digestivas, fatigas…)
Cuando una persona pierde a un ser querido atraviesa el proceso de duelo como una respuesta natural frente a esta muerte.
Tras la muerte de un ser querido, ya sea por una larga enfermedad o por una muerte repentina, el doliente comenzará un camino de duelo, primero con una etapa de shock e incredulidad pero luego este sentimiento se irá sustituyendo por otras emociones como la ira, la negación y la incertidumbre, hasta finalmente aceptar la pérdida.
Cada duelo es único y personal como así también será la forma de expresarlo. Hay factores que influyen en la intensidad y duración del duelo como, por ejemplo, las circunstancias de la muerte, el tipo de relación que tenía con la persona fallecida, la personalidad e historia de vida del doliente, la contención social y familiar, la posibilidad ver el cuerpo antes de su despedida, entre otros.
El problema crece cuando alguien no resuelve adecuadamente y siente que no consigue seguir con su vida sin que la pérdida interfiera de manera significativa en su día a día. Al principio del proceso de duelo es normal que ocurra esto, pero mantenido en el tiempo puede desembocar en un duelo patológico, complicado o no resuelto.
Cuando esto ocurre parece que se quedan atrapadas en la tristeza y el dolor por la pérdida de un ser querido. En vez de continuar con su vida y avanzar, se quedan en el funeral, en la pérdida y en el sufrimiento.
Habitualmente tratamos los duelos por muerte de un ser querido para que gradualmente se establezca de nuevo el equilibrio, expresando sentimientos y desensibilizando los recuerdos perturbadores relacionados con la muerte, para favorecer la comprensión y aceptación y facilitar así que recuperes tu vida.
Duelo por separación o divorcio
Se produce tras una ruptura amorosa y es considerado uno de los eventos más estresantes en la vida de una persona. Este duelo habitualmente requiere al menos de dos años para reconquistar el equilibrio permitiéndonos recuperarnos sentimental. Un divorcio puede ser repentino o el resultado de un proceso más largo, en el que es primordial permitirse expresar los sentimientos para una sana recuperación.
La ruptura del matrimonio genera sentimientos de tristeza y de fracaso. La decepción por la destrucción de los sueños y proyectos compartidos.
A veces se trata de una sensación de abandono que pone a la persona frente a un futuro incierto donde surge la ira hacia la pareja porque siente que le ha fallado en su proyecto familiar.
Surgen sentimientos de pérdida y miedo que pueden convertirse, en algunas ocasiones, en depresión llevando a la persona a una profunda introspección que lo obliga a confrontar con la realidad de esta ruptura.
Tratamos los duelos por separación o divorcio para que gradualmente se establezca de nuevo el equilibrio, para favorecer la comprensión y aceptación y facilitar la predisposición a considerar una nueva relación.